“No te
ofrecemos que rogaremos a Dios por ti; te pedimos que ruegues tú por nosotros.
Ante esa bandera colocada como una cruz sobre tu pecho, ante Dios que nos oye y
nos ve, empeñamos solemne juramento de consagrar nuestra vida a una triple
labor: imitar tu ejemplo, vengar tu muerte y salvar a España, que todo es uno y
lo mismo; porque salvar a España será vengar tu muerte, e imitar tu ejemplo
será el camino más seguro para salvar a España”.
Fue en la madrugada del 13 de Julio de 1936.
Los que tenían la obligación de defender la ley y el orden
detenían y posteriormente asesinaban a uno de los principales líderes de las
derechas Don José Calvo Sotelo.
Ya no había vuelta atrás.
Este asesinato acabó por convencer a los pocos
indecisos que aun quedaban, entre ellos el mismísimo Francisco Franco.
Una gran multitud acude al acto, que además de dar
Santa Sepultura al difunto se convierte en una manifestación política. Se
profieren gritos de venganza y se desfila delante del féretro brazo en alto.
VIVA ESPAÑA
ARRIBA ESPAÑA
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