miércoles, 24 de diciembre de 2014

La vendedora de fósforos

¡Qué frío tan atroz! Caía la nieve, y la noche se venía encima. Era el día de Nochebuena. En medio del frío y de la oscuridad, una pobre niña pasó por la calle con la cabeza y los pies desnuditos.

Tenía, en verdad, zapatos cuando salió de su casa; pero no le habían servido mucho tiempo. Eran unas zapatillas enormes que su madre ya había usado: tan grandes, que la niña las perdió al apresurarse a atravesar la calle para que no la pisasen los carruajes que iban en direcciones opuestas.






La niña caminaba, pues, con los piececitos desnudos, que estaban rojos y azules del frío; llevaba en el delantal, que era muy viejo, algunas docenas de cajas de fósforos y tenía en la mano una de ellas como muestra. Era muy mal día: ningún comprador se había presentado, y, por consiguiente, la niña no había ganado ni un céntimo. Tenía mucha hambre, mucho frío y muy mísero aspecto. ¡Pobre niña! Los copos de nieve se posaban en sus largos cabellos rubios, que le caían en preciosos bucles sobre el cuello; pero no pensaba en sus cabellos. Veía bullir las luces a través de las ventanas; el olor de los asados se percibía por todas partes. Era el día de Nochebuena, y en esta festividad pensaba la infeliz niña.






Se sentó en una plazoleta, y se acurrucó en un rincón entre dos casas. El frío se apoderaba de ella y entumecía sus miembros; pero no se atrevía a presentarse en su casa; volvía con todos los fósforos y sin una sola moneda. Su madrastra la maltrataría, y, además, en su casa hacía también mucho frío. Vivían bajo el tejado y el viento soplaba allí con furia, aunque las mayores aberturas habían sido tapadas con paja y trapos viejos. Sus manecitas estaban casi yertas de frío. ¡Ah! ¡Cuánto placer le causaría calentarse con una cerillita! ¡Si se atreviera a sacar una sola de la caja, a frotarla en la pared y a calentarse los dedos! Sacó una. ¡Rich! ¡Cómo alumbraba y cómo ardía! Despedía una llama clara y caliente como la de una velita cuando la rodeó con su mano. ¡Qué luz tan hermosa! Creía la niña que estaba sentada en una gran chimenea de hierro, adornada con bolas y cubierta con una capa de latón reluciente. ¡Ardía el fuego allí de un modo tan hermoso! ¡Calentaba tan bien!






Pero todo acaba en el mundo. La niña extendió sus piececillos para calentarlos también; más la llama se apagó: ya no le quedaba a la niña en la mano más que un pedacito de cerilla. Frotó otra, que ardió y brilló como la primera; y allí donde la luz cayó sobre la pared, se hizo tan transparente como una gasa. La niña creyó ver una habitación en que la mesa estaba cubierta por un blanco mantel resplandeciente con finas porcelanas, y sobre el cual un pavo asado y relleno de trufas exhalaba un perfume delicioso. ¡Oh sorpresa! ¡Oh felicidad! De pronto tuvo la ilusión de que el ave saltaba de su plato sobre el pavimento con el tenedor y el cuchillo clavados en la pechuga, y rodaba hasta llegar a sus piececitos. Pero la segunda cerilla se apagó, y no vio ante sí más que la pared impenetrable y fría.









Encendió un nuevo fósforo. Creyó entonces verse sentada cerca de un magnífico nacimiento: era más rico y mayor que todos los que había visto en aquellos días en el escaparate de los más ricos comercios. Mil luces ardían en los arbolillos; los pastores y zagalas parecían moverse y sonreír a la niña. Esta, embelesada, levantó entonces las dos manos, y el fósforo se apagó. Todas las luces del nacimiento se elevaron, y comprendió entonces que no eran más que estrellas. Una de ellas pasó trazando una línea de fuego en el cielo.









-Esto quiere decir que alguien ha muerto- pensó la niña; porque su abuelita, que era la única que había sido buena para ella, pero que ya no existía, le había dicho muchas veces: "Cuando cae una estrella, es que un alma sube hasta el trono de Dios".






Todavía frotó la niña otro fósforo en la pared, y creyó ver una gran luz, en medio de la cual estaba su abuela en pie y con un aspecto sublime y radiante.






-¡Abuelita!- gritó la niña-. ¡Llévame contigo! ¡Cuando se apague el fósforo, sé muy bien que ya no te veré más! ¡Desaparecerás como la chimenea de hierro, como el ave asada y como el hermoso nacimiento!






Después se atrevió a frotar el resto de la caja, porque quería conservar la ilusión de que veía a su abuelita, y los fósforos esparcieron una claridad vivísima. Nunca la abuela le había parecido tan grande ni tan hermosa. Cogió a la niña bajo el brazo, y las dos se elevaron en medio de la luz hasta un sitio tan elevado, que allí no hacía frío, ni se sentía hambre, ni tristeza: hasta el trono de Dios.








Cuando llegó el nuevo día seguía sentada la niña entre las dos casas, con las mejillas rojas y la sonrisa en los labios. ¡Muerta, muerta de frío en la Nochebuena! El sol iluminó a aquel tierno ser sentado allí con las cajas de cerillas, de las cuales una había ardido por completo.

-¡Ha querido calentarse la pobrecita!- dijo alguien.






Pero nadie pudo saber las hermosas cosas que había visto, ni en medio de qué resplandor había entrado con su anciana abuela en el reino de los cielos.





FELIZ NAVIDAD A TODOS DE TODO CORAZÓN, QUE DIOS OS BENDIGA A TODOS Y OJALÁ QUE DE NUEVO LOS VALORES DE DIOS Y DE ESPAÑA VUELVAN A IMPERAR EN NUESTRA SOCIEDAD




 

 

lunes, 22 de diciembre de 2014

¿Por qué la izquierda odia a España?

Quizás para entender cómo hemos llegado en España al nivel de degradación y de miseria moral en el que nos encontramos hemos de hacernos esa pregunta. ¿Por qué la izquierda tiene ese odio contra España?



 
España y el mundo sufren una gravísima crisis económica, en España acentuada por las maldades de la casta política que desde la muerte del Caudillo ha gobernado España a su juicio y conveniencia, de espaldas totalmente a la sociedad sirviéndose a ellos mismos y a sus intereses. Aun así siempre he mantenido que la crisis moral, ética y territorial es mucho mayor que la económica. La crisis económica si Dios quiere se superará, pero la crisis de identidad es la que realmente nos puede llevar por delante a todos.


 
Dice un dicho bastante sabio que no hay viento a favor para el que no sabe a dónde va. Por eso para España no existe viento a favor, porque no sabemos ni quiénes somos, ni de dónde venimos, cómo hemos llegado hasta aquí y ni mucho menos a dónde vamos.


 
 
Desde que me empecé a hacer preguntas propias de una persona con inquietudes, cuando se despertó mi la curiosidad por estos temas siempre tuve la duda y no entendía por qué la izquierda tenía ese odio, esa fijación contra España, contra la existencia de nuestro país, contra “la idea de España” como nación unida, nuestra España, la de todos, lo que nos une a todos, una tradición, una historia, una lengua en común. Como dijo José Mourinho en relación al FC Barcelona y al separatismo: “No entiendo cómo puede haber alguien que no quiera pertenecer a su país”. Yo tampoco debería entenderlo, pero esto es España.

 
 
Ahora con 30 años tras mucho leer, vivir y analizar creo tener la respuesta a por qué ese odio contra España.


 
 
La idea de España se relaciona íntimamente con su tradición y con su historia, que a la sazón viene a ser como la Santísima Trinidad que dice que Padre, Hijo y Espíritu Santo son la misma persona. Por tanto España, tradición, historia y cultura son la misma cosa y no se puede entender una sin las demás. En España y en casi cualquier lugar del mundo, pero en España pienso que esa idea está más acentuada, pues eso es lo que nos ha llevado a ser la nación más antigua de Europa, a haber superado los momentos más difíciles como nación. Invasiones, miserias, guerras.


 
Pues bien, esa idea de España, su cultura, su tradición y su historia están ligados a todo aquello que la izquierda odia profundamente. Por ello siempre he defendido que la izquierda en España además de muy progre (y habría que definir lo de progre) es profundamente antiespañola. Odian a España, sencillamente.
Si por ejemplo hablamos de los grandes hombres que ha dado esta nación podemos citar a los Reyes Católicos, a Carlos III, a Pizarro, a Hernán Cortés, a Cristóbal Colón (si es que realmente era español y no genovés), a Cervantes, a Felipe II, a Francisco Franco, a José Antonio Primo de Rivera, y así sucesivamente.
 
 












 
Ninguno fue de izquierdas o en su tiempo habrían sido de izquierdas o no hubieran tragado con semejantes ideas. Todos ellos son más o menos odiados por la izquierda.
Por ejemplo se puede afirmar sin ninguna duda que la historia de España y su cultura es inseparable de la historia del cristianismo, concretamente del catolicismo y de la Iglesia. Su odio mayor, el más profundo va ligado a la Iglesia. No hay cosa que odien más. Bueno quizás a Franco, pero el odio viene motivado por su favor a la Iglesia, tanto monta monta tanto. Motivo número uno para el odio hacia España: una nación católica debe ser odiada.


 
 
Pero sigo: todos los episodios gloriosos de nuestra nación son repudiados y escupidos por la izquierda. Las Navas de Tolosa, la batalla de San Quintín, Bailén, la gesta del Alcázar, la División Azul, Krasny Bor, etc… Jamás veremos exaltar o decir algo bueno de estos gloriosos episodios, incluso de las derrotas como el desastre de Anual. Recientemente y haciendo JUSTICIA con mayúsculas en Madrid se inauguró una estatua al héroe nacional Blas de Lezo, el medio hombre que infringió una derrota a los ingleses que aun esconden. Por supuesto la izquierda se puso de perfil y los nacionalistas catalanes han pedido abiertamente la retirada de esta estatua.




Los nacionalistas por cierto, también son españoles. La peor clase de español, lo más bajo, como ese hijo al que le transmites unos valores y de mayor es un sinvergüenza, un drogadicto, un delincuente, pero no deja de ser tu hijo. La peor especie de español, lo más bajo que puede caer nadie nacido en esta tierra. Eso es un nacionalista que como digo no deja de ser español por mucho que cuatro ladrones sinvergüenzas digan lo contrario.


 
 
La izquierda se caracteriza por el odio. Viven en el odio, residen en él permanentemente instalados. Odian el derecho a la vida, odian a la Iglesia, odian a los ricos, odian al que le va bien en la vida, odian al que es feliz, odian a las clases medias, odian al que tiene un buen coche, odian al que tiene coche, odian al que saca buenas notas, odian al que se esfuerza, odian al pobre que no es de izquierdas, odian al pobre que es de izquierdas pero no les vota, odian a las fuerzas armadas, odian al que es creyente, odian al que va a misa, odian al que marca la “X” en la casilla de la Iglesia en la declaración de la renta, odian al Rey, odian al Gobierno y al poder salvo que sean ellos que los estén en él, odian al idioma español, odian la historia de España. Odian A TODO. A todo salvo a aquello que degrada al ser humano, a la moral y aquello que atenta contra España y contra Dios. Eso lo veneran como una religión presentándolo como algo democrático, moderno y respetuoso, términos que se pueden resumir en una palabreja secuestrada por la izquierda: progresista. Porque esas palabras tan bonitas y con antaño con tanto sentido han sido secuestradas y prostituidas por la izquierda hasta el límite que ya no significan nada cuando no son hasta repudiadas por una porción considerable de ciudadanos españoles.
 
 



 
 
Se podría decir que fue hacia 1970, cuando la guerra civil ya pillaba muy lejos cuando la izquierda en masa decidió que podían sintetizar sus odios, todos cuantos he expuesto y muchos más que me dejo en el tintero en un solo objetivo: ESPAÑA.  ¿Por qué? Porque España es un compendio de todo ello: su historia militar, su historia monárquica, su historia como pueblo cristiano, su unidad como nación más antigua del viejo continente, Europa, su cultura, su unidad, su lengua. España podía ser el centro de sus odios. La nación que venció al comunismo, al marxismo y a la masonería, la nación que civilizó y dio luz a todo un continente.


 
En ese momento la izquierda empieza a pintar un panorama que diaboliza a la nación española: una nación de borregos, de gente incrédula, analfabeta, de gente sometida que no es capaz de ver más allá de sus fronteras manipulados históricamente, de fanáticos religiosos, de curas impunes pervertidos y pedófilos, de militares fascistas, de reyezuelos déspotas y dictadores sanguinarios, de invasores negreros, de injusticias. Una España deplorable. Y frente a esa España deplorable llega la izquierda, muy moderna, actual, la de la justicia social, la de los derechos laborales, la de la democracia, la del todos iguales y todos pobres menos yo, la de la cultura somos nosotros, la de la educación es propiedad nuestra, y así sucesivamente. La izquierda siempre igual, siempre ha tenido sus caballos de Troya con los que entrar en la fortaleza haciéndose la víctima y cuando han salido del caballo ya sabemos lo que ha pasado. II República, el felipismo, Zapatero, Cayo Lara, lo que está por venir con Pablo Iglesias...Y ya si hablamos de la izquierda internacional solo con decir Stalin podemos echarnos a temblar.


 
 
Romper con aquella España era y es un acto revolucionario para una izquierda profundamente revolucionaria que apenas si ha cambiado nada en cien años. Numerosos políticos, artistas de diversa índole, gente de la cultura y de los medios de comunicación que ha monopolizado la izquierda tuvieron una gran relevancia para meter con calzador esta idea en una gran parte de la sociedad española (el caballo de Troya del que hablo).
El grupo PRISA (El País, la SER, etc…) es un vivo ejemplo de esto que hablo y un pilar básico de este odio a la nación española. Este grupo mediático apoyado por todos los gobiernos de la democracia, de derechas y de izquierdas, ha hecho un daño irreparable en las mentes de los ciudadanos. Junto con El País podemos destacar la cadena SER al servicio igualmente de este odio, siempre dispuesta a la manipulación, el diario Público, fuente inagotable de odio y manipulación y exaltación de todo lo antiespañol, y así sucesivamente. Ya si hablamos de televisión mejor hago otra entrada. La telebasura que degrada al ser humano metida con calzador a todas horas.


 
Y si digo que en la idea de España se concentraron todos sus odios en una persona concentran toda su ira y frustración: Francisco Franco. 


 
Si en la idea de España pueden concentrar todos sus odios, si esos odios hay que focalizarlos en una persona esa persona es sin duda Franco. Cuando atacan a Franco, y de esto parece que España incluso personas católicas entre ellos mi padre no se entera, no atacan solo al que fue Jefe del Estado, atacan a la idea de España  como unidad, atacan a la Iglesia, atacan a los valores tradicionales a la par que se exalta como modelo alternativo el comunismo, el socialismo o el marxismo y se pone de modelo de gobierno ejemplar aquella nefasta II República.
 
 




 
 
Entonces resulta que el blanco es negro y el negro es blanco. Así pues, a saber, nunca deberían haber ganado los cristianos sino los moros, España no debería haber sido cristiana sino musulmana, jamás debió ganar Roma sino el protestantismo, los Reyes Católicos fueron unos pre-fascistas y criminales dictatoriales percusores de la Inquisición, Pizarro y Hernán Cortés fueron unos criminales invasores y negreros explotadores que fueron a saquear continentes enteros, Franco un dictador criminal asesino y genocida, la División Azul fue un grupo de fanáticos nazis falangistas que fueron a ayudar a Hitler, no se debería hablar en español sino en árabe, o en catalán o a saber en qué idioma o dialecto. Y así sucesivamente se construye, o mejor dicho, se reconstruye destrozando la historia de España, donde a partir de ese momento Caín no mata a Abel sino que Abel mata a Caín.


 
Esta, señores, es la historia según la izquierda. Una izquierda de gentuza, de trasnochados, de extremistas antiespañoles con piel de cordero y a veces ni eso cegados por el odio que les corroe por dentro, de esquizofrénicos, de resentidos que anhelan otra guerra civil para tener la revancha por la que perdieron, y sobre todo de imbéciles, jetas y mediocres, pues en sus años de historia no han dado una sola mente brillante, como es de esperar. Todos los que abrazaron la izquierda y la causa republicana en los años 30 en cuanto vieron lo que era aquello se bajaron del burro.
Esto es la izquierda, personificada en gente como: Santiago Carrillo, Dolores Ibárruri, José Luis Rodríguez Zapatero, Pablo Iglesias, Felipe González, Alfredo Pérez Rubalcaba (al que Rajoy echa tanto de menos), Cayo Lara, Gaspar Llamazares, Alberto Garzón, Pedro Sánchez, Elena Valenciano, Julio Anguita, Toxo y Méndez, Rafael Sánchez Gordillo, y así sucesivamente. Vaya colección de personajes.
 
 



 
 

 
 
Y así cada batalla ganada por España es una vergüenza para nuestra nación, una carnicería propia de salvajes y malhechores de toda índole con un denominador común: la derecha (fascista). Cada rezo es una muesca grotesca, cada verso encierra un insulto, cada palabra de amor esconde un enorme complejo sexual reprimido por culpa de los curas. España es mala. España es culpable.


 
 
¿Qué cuarenta años después se ha demostrado el fracaso del sistema autonómico instalado tras la dictadura? Para la izquierda no es que deberíamos volver al centralismo que sería lo lógico, a la recuperación de competencias del Estado que jamás deberían haber sido cedidas a semejantes diablos, es que ellos quieren dar un paso más allá hacia el federalismo, la antesala a la República que es el verdadero objetivo de fondo para construir la España del siglo XXI a imagen y semejanza de la España de taifas del siglo XII, todo ello acorde a su antojo e ideología (homosexualidad, persecución religiosa, legalización de las drogas, terrorismo como forma de libertad de expresión, aniquilación de la oposición, etc…). Llegada la III República ya sabemos lo que nos toca después.
Por ese odio a España es por el que son tan amigos de todo cuanto suena a enemigo de España, como Marruecos, el islam o los nacionalistas. Por eso están dispuestos a entregarles sin condiciones la región de España que sea menester, por eso llevan en su ADN esa aberración del "derecho de los pueblos a decidir". Por eso son tan amigos de aquellos países donde gobiernan los suyos y donde se odia igualmente a España dando por ejemplo cobijo y trabajo a terroristas como Venezuela.


 
 
Todo en la izquierda es sumamente siniestro. Todo tiene un plan maléfico de fondo. No hay puntada sin hilo ni propuesta suficientemente malvada para no ser superada.
Andalucía es el vivo ejemplo de cortijo socialista que se intenta implantar en toda España. Paro, corrupción, enchufismo, subvención, impunidad. Son las marcas de la casa, no hay por donde cogerlo.


 
La izquierda en España es tan sumamente esquizofrénica que son capaces de querer apagar el fuego con gasolina, de clamar contra los recortes sociales al mismo tiempo que pretenden dar un paso más en el modelo territorial con más Estado, más políticos con más poder para ellos, más gasto público, más endeudamiento. Que pague otro.
 
La izquierda desde la llegada de la democracia ha sido monopolizada por el Psoe apoyada en casos puntuales por IU, lo que quedaba del comunismo.
 
Y no puedo pasar por alto un hecho gravísimo para terminar.
Yo desde aquí culpo abiertamente a la izquierda de haber machacado a la derecha hasta convertirla en esta caricatura de mal gusto que es hoy el PP. La han acomplejado, amordazado, humillado, la han hecho caer una, otra y otra vez en la misma trampa. Que si vuelve la derecha, que si los herederos de Franco, que si la reválida democrática, que si la extrema derecha. Y los otros imbéciles venga a hacerles el juego. Ahora ha llegado ya el culmen de los despropósitos de la derecha, que es Mariano Rajoy, que debe ser el gobernante de la derecha que siempre soñó la izquierda.


 
 
Para terminar: todos los que han gobernado en España desde la muerte de Franco han ido poniendo su granito de arena para la destrucción de España hasta llegar donde estamos hoy. Los políticos han hecho un daño terrible a este país que lo ha consentido todo y ahora parece dispuestos a vender su alma al diablo por echar a los que hasta ayer nos partíamos la cara por ellos.

 
En especial la izquierda ha hecho un daño irreparable a España, y el último melón fue Zapatero con su proyecto de asalto moral a la sociedad, su política proterrorista, su estatuto de Cataluña y una lista interminable que relataré en una futura entrada titulado: Proyecto Zp, crónica de un asalto a la sociedad, donde se refleja, se desenmascara y disecciona el verdadero proyecto de la izquierda para la sociedad y para España.
La izquierda es sin duda lo peor que ha dado este país aun llamado España.
Para terminar os dejo con un texto que resumen al 100% mi pensamiento, claro y conciso, mucho mejor de lo que yo sé expresarlo:

Así es la anti España…
Estimado lector:
Aunque seamos repetitivos con esta sección y con estas citas no es por falta de ejemplos, o de capacidad de innovación. La intención de la misma es fijar en la mente de quien se acerca a estas líneas lo que es realmente la anti España. Hemos oído el mito repetido de "las dos Españas". Pues bien, es un mito falso, porque España, la única España posible y la única España que tiene historia, es la España católica, unida, grande y libre. La que reconstruyó el Caudillo sacándola del lodazal en que la sumió la democracia liberal, con sus peleas partidistas y sus luchas de clases. La España Una, Grande y Libre que nos dejó Su Excelencia es la misma que expulsó al Islam tras 800 años de fe y valor; la misma que descubrió y evangelizó más de medio mundo y en cuyos dominios no se ponía el sol. La misma España que fue baluarte de la civilización y de la fe católica. La otra, la anti España, nunca quiso ser España; renegó de sus raíces cristianas y de su propia historia, en aras del secesionismo aldeanista de los separatistas y del internacionalismo ateo y apátrida del marxismo.
Lean y entiendan aquí que la anti España de hoy es la heredera ideológica de la de aquellos funestos años treinta del pasado siglo. Los PSOE, IU, PNV, ERC, UGT, CNT y demás organizaciones de ese jaez son la verdadera plaga que rompe, arruina y pudre, hoy, otra vez, nuestra patria, y a ello se les ha unido el PP ya abiertamente, organización paradigma de la traición, de la vileza y de la miseria humana más despreciables.
Hoy, los enemigos de España y de la civilización cristiana, son más en número, son más fuertes, son más influyentes y están en más sitios. Debemos estar más alerta que nunca y más decididos a defender la Fe y la Patria que hemos heredado, que es lo nos ordenó el Caudillo en su testamento político.
Bienvenido a la FNFF, si es que se quiere alistar junto a nosotros.

sábado, 20 de diciembre de 2014

Suspiros de España

Suspiros de España. El más famoso, emblemático y sentido pasodoble español por excelencia.






Compuesto por Antonio Álvarez Alonso en Cartagena en el año 1902. En el año 1938, en plena guerra civil se le añadiría la letra por parte de su sobrino Juan Antonio Álvarez Cantos, para ser interpretada por la actriz Estrellita Castro en la película que lleva el mismo nombre. Fue reversionada por otros artistas posteriormente como Concha Piquer o Diego el Cigala entre otros muchos. Ha aparecido en diversas películas, series, etc… Pieza habitual de la fiesta nacional.
 
 
 

 
¿Por qué Suspiros de España? El Maestro Álvarez Alonso ofrecía conciertos animando las veladas del café La Palma Valenciana, en la calle Mayor de Cartagena. Una noche, al terminar su actuación, enseñó a sus amigos una melodía en forma de pasodoble que había escrito sobre una mesita del café, y que pronto fue acogida con alborozo por su clara inspiración.

En su recorrido nocturno, se detuvo ante la confitería España, ubicada frente al café de sus actuaciones, y observando una confitura típica llamada "suspiros" que eran avellanas caramelizadas, se inspiró para bautizar "Suspiros de España" a su nueva partitura.




El pasodoble fue estrenado por la Banda de Música del 3.er Regimiento de Infantería de Marina (actualmente Tercio de Levante) dirigida por Ramón Roig y Torné, el día del Corpus Christi de 1902 en la plaza de San Sebastián de Cartagena. Las ordenanzas militares impedían que el Maestro Roig cediera la dirección para el estreno a Antonio Álvarez Alonso, su buen amigo y autor de la obra, dada la condición de civil de éste. Una placa conmemora la efeméride en el lugar del estreno.




 

Esta canción tuvo gran repercusión en la España del exilio tras la guerra, debido a su tono triste y a su letra de añoranza de España.




Pero no solo está asociada a aquella España del exilio, sino que también tuvo gran popularidad en la España de Franco, siendo un pasodoble muy popular incluso en festividades religiosas y como digo muy interpretada en la fiesta nacional.




 

Su letra es la siguiente:

 

Quiso Dios, con su poder,

fundir cuatro rayitos de sol

y hacer con ellos una mujer.

Y al cumplir su voluntad,

en un jardín de España nací

como la flor en el rosal.

Tierra gloriosa de mi querer,

tierra bendita de perfume y pasión:

España, en toda flor a tus pies

suspira un corazón.

¡Ay de mi! ¡Pena mortal!,

porque me alejo, España, de ti.

¿Por qué me arrancan de mi rosal?

Quiero yo volver a ser

la luz de aquel rayito de sol

hecho mujer

por voluntad de Dios.

¡Ay, madre mía!

¡Ay! ¡Quién pudiera

ser luz del día

y al rayar la amanecida

sobre España renacer!

Mis pensamientos

han revestido

el firmamento

de besos míos;

y sobre España,

como gotas de rocío,

los dejo caer.

En mi corazón,

España, te miro,

y el eco llevará de mi canción

a España en un suspiro.
 
 
 

 

 Pero las madres no abandonan nunca a sus hijos. España va con nosotros y vivirá en nuestro corazón hecha recuerdo… y esperanza… y copla… y SUSPIROS.
 


Dedicado con especial cariño a aquellos que tuvieron que marchar de España para ganarse la vida, especialmente a los que como yo, en los tiempos que vivimos, arruinados, desesperados y asqueados de todo y de todos han tenido que irse fuera de nuestra querida España en busca de una oportunidad de prosperar en la vida.