martes, 24 de enero de 2017

El caranchoa

Hoy quiero hablar del famoso “caranchoa”.

Como en su momento fue lo más hablado y como todo caerá en el olvido quiero hacer un recuerdo de lo que pasó.
 
 
 

 
Resulta que un chavalillo adolescente, veinte pocos años, un chuleta de los que no les han dado un tortazo en su casa en su vida, bajo el pseudónimo internauta de “MrGranBomba” se dedicaba a hacer videos de cámara oculta por la calle riéndose de la gente y posteriormente los publicaba en internet en YouTube. Ja ja, que risa Tía Felisa.


Su modus operandis era el siguiente: se acercaba a su víctima y bajo una aparente cordialidad y educación preguntaba por dónde estaba cierto lugar intercalando como el que no quiere la cosa un insulto. Por ejemplo: “hola buenas tardes pichacorta, ¿serías tan amable de decirme dónde queda la calle Pepito Pérez?
Las reacciones de la gente eran muy diferentes, desde el que cojones dices al que no se enteraba del insulto o no quería enterarse quizás pensando: le habré entendido mal o no quiero líos. Y el fanfarrón insistía: no, no perdona caranalga, donde quiero ir es al número tal de esta calle. Ja ja, que gracioso el chavalín.
 
 
 

 

Y finalmente gracias a Dios pasó lo que inevitablemente tarde o temprano tenía que pasar. Que un trabajador, un currante, un repartidor que trabajará el hombre 11 horas cada día, le soltó un tortazo en toda la cara a este pedazo de gilipollas.

Esa vez el tiro le salió por la culata porque debe ser que el tontito no sabe que cuando compras muchas papeletas llevas muchas más posibilidades de que te toque el perrito piloto en la feria.
 
 
 

 

“¿Disculpe podría usted decirme por dónde está la zona de las tiendas y tal?

¿Qué tiendas?

Si…centro comercial y esas cosillas.

 La calle justo de ahí detrás por ahí tienes un montón.

O sea a ver si me aclaro caranchoa, estamos ahora en que parte más o menos.

Caranchoa que me dices… te doy una ostia.

Y cuando ve su integridad física amenaza huye, recula lloriqueando que es una broma con cámara oculta.

Perdona, perdona si te he molestado.

Te meto una ostia payaso.

 Es para un video de la universidad para ver la reacción.

No te doy porque estoy trabajando si no te meto un palizón que te cagas.

 Te meto una ostia, me cago en mi puta madre. ZAS.

¡Qué no te lo digo en serio!

De que vas payaso, de que vas caranchoa. Anda tira de aquí.

 


 

Y aquí esta el video de cómo las gastaba el payasete.

 


 

Pues bien, el subnormal profundo, lejos de reconocer “la he cagado hasta dentro, voy a pedir perdón, a meterme en mi agujero y a esperar a que pase el chaparrón”, coge el idiota y se va a la comisaría a poner una denuncia, un parte de lesiones y no se que más. TOOOONTOOOOO. No contento con ello llega a su casa y graba un video donde enseña el parte de lesiones, se puso chulo diciendo que el agresor era un loco y un amargado y que ya se verían la cara en los juzgados.

Dirán ustedes que la estupidez, la soberbia y la prepotencia no tiene límites. Pues no, porque el idiota no lo deja ahí. Cuando la linde se termina el tonto sigue andando. Sigue soltando soflamas y gansadas como “encima que me rebajo(sic) a pedirle perdón”, “encima que le digo que es una broma no es normal que me pegue”, “lo único que quiero es que el agresor me pida perdón”, “cuando vayamos a juicio y lo gane el dinero que saque lo voy a donar a Cáritas” y bla bla bla...
 
 

Como ven con especímenes así no vale ni hablar ni razonar ni discutir. Lo que entienden es un buen varazo, garrotazo, en el lomo o en su defecto un tortazo al estilo caranchoa, acompañado de un “cállate imbécil y lárgate de aquí”. Eso ayuda y muchísimo a reconducir la situación.
 
 

 

La vida nos da lecciones, algunas (muchas) de ellas son a leches y a golpes, en este caso nunca mejor dicho. Yo con 10-12 años aprendí y bien aprendido a que si te ríes de otros, otros también se reirán de ti. Si tu te ríes de un compañero del cole que esta gordo o que le llaman por un mote que le jode un montón a lo mejor mañana a ti te ponen otro mote o se reirán de otro defecto tuyo. Se dice que donde las dan las toman. Si tú pegas también te pegarán y si escupes también te escupirán.

 

Mi análisis de lo sucedido es el siguiente.

Habrá quien pueda considerarlo un hecho puntual y que no hay que darle más importancia.

Ni es un hecho puntual y hay que darle su importancia, que es la que tiene.

Vengo reclamando incansablemente que en España lo que hace falta es un Tío La Vara. Durante 40 años ese Tío La Vara fue Franco que puso en su sitio a los politicastros, a los malos españoles, a los nacionalistas y a todo aquel merecía un buen varazo, o un tortazo al estilo caranchoa, e intentó reconducirlos por el camino del bien, de Dios, de amor a la Patria, del trabajo y la familia. Los padres tenían autoridad sobre sus hijos, los maestros tenían autoridad en la escuela, la figura del alcalde, del maestro, del cura, era respetada.
 
 

Hoy no se respeta absolutamente nada. Y la falta de respeto, de educación y de civismo va desde bandas de grafiteros que accionan los frenos de emergencia de los trenes para pintarlos, al que va con la música puesta en el móvil por la calle, en el autobús, en el metro, etc…
Los padres de semejantes engendros no se quedan atrás en no pocos casos.

Yo soy un defensor total y absoluto de que una “guantá” a tiempo quizás no todas las “tontás” pero sí muchas, y además de golpe oye, como el 3 en 1. A mi afortunadamente mis padres me dieron un tortazo (y a veces alguno más) cuando lo merecía. Gracias a eso soy una parte de la persona que soy hoy y no un “MrGranBomba”. Por cierto, Mister en inglés es Don, y para mi llamar a alguien Don es una muestra de respeto y de admiración porque así lo ha demostrado. Este niñato directamente se autoproclama Don, seguramente en su ignorancia o su prepotencia, o ambas cosas. Lamentable y patético.
 
 

Y donde digo “MrGranBomba” quiero decir los cuatro niñatos y no tan niñatos que se juntan en el parque un martes hasta las 4 de la madrugada haciendo botellón y fumando porros dando voces con la música en el móvil, los que se dedican a pintar los trenes y a llenar todas las paredes de grafitis (lo llaman “arte urbano”), los que se cuelan sin pagar en el transporte público, los que no cumplen ni las más mínimas normas de civismo como los que van con la música puesta en el móvil en el autobús o el que según se sube al tren de cercanías lo primero que hace es poner los pies encima del asiento de enfrente, el que no recoge las mierdas que suelta su perrito, etc etc etc…. La lista es interminable. No habría vara para tanto subnormal y tanto hijo puta.
 
 

Para todos ellos la solución es EL TIO LA VARA. O en su defecto el nuevo héroe nacional que ha venido a impartir justicia y exterminar la tontura a golpe de tortazos, el caranchoa.

 
El mayor castigo que va a llevar este pedazo de idiota es la fama que le va a acompañar durante muuucho tiempo, el que todo el mundo te mire, te señale, te reconozcan, sepan quién eres y dónde vives…Haber tenido tu momento de gloria de una forma tan sumamente patética, haber sido la comidilla del wassap a nivel nacional…Es patético. Para una persona como yo sería terrible hasta el punto que me iría a vivir a otro país. Claro que yo jamás iría riéndome de la gente de tal forma.

 

Si la ostia al caranchoa la ha servido para abrirle los ojos y que sea una personas de provecho para el día de mañana, bendito guantazo que confirma mi teoría.

 

Hay quien dice que todo es un apaño que estaba cocinado para auparse a la fama y que ha vendido el canal de youtube a una marca de gafas por más de 200 mil euros, por lo que supuestamente nos ha engañado a todos ganando un dineral a cambio de perder su dignidad como persona. Si es cierto o no allá cada uno. También me parece deplorable.

 



Yo que no soy un falso ni un hipócrita no estoy libre de pecado. También he tenido 15 años y 18 y 20 y también he hecho estupideces, pero entre esas estupideces puedo asegurarles que jamás ni de lejos me ha dado, pero ni por asomo, por grabar vídeos a gente riéndome de ellos, ni por grafitear un tren, ni por ir a joder los retrovisores de los coches, ni nada por el estilo. Yo he hecho tontadas como tirar un globo de agua dentro de una tienda y salir corriendo, llamar a todos los telefonillos y salir corriendo o tirarme toda la tarde en el parque un día al año en Navidades tirando petardos. Buenos, más que tirar petardos poníamos petardos, pues todo nuestro afán era meter el petardo dentro de cosas para comprobar su poder destructivo. Cosas de chavales sin maldad yo creo.
 
 

Pero es que la mala leche y la “hijaputez” que predomina hoy es algo inaudito y gravísimo, hasta que límites se va hoy a joder, a destrozar, a hacer daño, a humillar.

 

Es como la bromitas que de bromas no tienen nada, de los payasos asesinos, o de la niña espectral que aparece en el ascensor. No hay límites.
 
 

Es que no tienen ninguna gracia, y que yo sepa el objetivo de las bromas es que tengan gracia. Fulanito corre vete a tu casa que se ha muerto tu padre. Y cuando llega Fulanito a casa están todos riéndose. ¿Tiene gracia? Ninguna.

 

Todo el problema de fondo viene de la falta de educación, de principios, del “todo vale”, del ¿y por qué no? Encima los que piensan así se las dan de morales, de intelectuales.

Yo me pregunto y ya no por este gilipollas de MrGranBomba, sino de las cosas que vemos a diario por la calle, en los trabajos, en la tele….Se están perdiendo hasta las normas más elementales de convivencia.
Te subes en el metro y cuando sube algún lisiado o una persona mayor ves a muchísima gente haciéndose el tonto mirando el móvil para no levantarse y dejar el sitio.
 


 

Estoy hasta los huevos de ir a la casa de mi novia a la playa en verano y de TODOS los años tener que aguantar al grupo de niñatos (18,20 22 años) de turno montándola durante 7 días non-stop. Y no estamos hablando de una zona de apartamentos a 300 metros de la discoteca Space de Ibiza, estamos hablando de una zona de apartamentos de gente tranquila en un lugar típico de playa tranquilo.

Si les dices algo te amenazan, te recriminan que si tú nunca has tenido 20 años y te has ido de vacaciones con tus colegas.

Yo también he tenido 20 años, y con 20 años sí me he ido con mis colegas de vacaciones y de fiesta, pero siempre he tenido claro que mi libertad terminaba donde empieza la de los demás. Y en la discoteca he dado todas las voces que he querido, pero al llegar a casa, al hotel o al apartamento entiendo que hay gente que no va de fiesta sino a descansar en sus merecidas vacaciones y no tiene porque aguantar a niñatos que se creen con derecho a todo porque son jóvenes.

 

Pero es que me voy al pueblo en Agosto, un pueblucho donde hay dos bares y una tienda y pasa una furgoneta vendiendo pan por las calles y también te encuentras con los putos niñatos que hasta hace cuatro días eran chavalillos que ya han crecido que les dejan sus padres solos en el pueblo una semana y se acuestan todos los días a las 6 de la madrugada montándola y se levantan a las 4 de la tarde para irse a la piscina. Es que ya ni el pueblo, lugar de descanso y de paz por antonomasia, puede uno descansar a gusto de esta banda de niñatos creído y maleducados.
 
 
 
Por mi trabajo veo a diario las actitudes de la gente, cómo se comportan, cómo actúan. Tenemos un problema serio. El tal caranchoa MrGranBomba  o como demonios se llame es solo la punta del iceberg.
 
Por mi parte la solución es que llegados a este punto hay que reconocer el fracaso de esta ideología progre y del libertinaje existente a día de hoy. Soy partidario de dar libertad a la gente, en sus vidas, en el trabajo, siempre y cuando la gente responda. Si tú das libertad a un trabajador para el día que no haya trabajo se pueda ir 15 o 20 minutos antes, seguramente y por desgracia acabará removiendo Roma con Santiago para irse primero 30 media, luego 45 minutos y acabamos yéndonos 3 horas y media antes. Entonces se reconoce el fracaso de la libertad y se vuelve a donde por desgracia siempre el ser humano ha de acabar volviendo: al idioma de la vara. No entendemos otro idioma.