martes, 15 de julio de 2014

El cine ¿español?

Dicen que el cine es cultura. Lo repiten cada tres minutos. Todos los días. MENTIRA.MENTIRA Y MIL VECES MENTIRA. Pero encima hay tontos que se lo creen, y hasta firman papelajos en defensa de la cultura.

Lo repiten con un fin claro y definido: mantener sus privilegios y seguir trincando el dinero de todos. La telaraña que han tejido es difícilmente desmontable. Si el cine es cultura y la cultura es necesaria para vivir más incluso que el comer, si no me ayudas (me das dinero) estás atacando a la cultura. ¿Y la cultura no es lo más importante acaso?

 

Pues lo siento pero no. El cine no es cultura, el cine es un negocio que busca entretener. Sin más. Un NEGOCIO como el fútbol o un restaurante. Pero se han subido al burro de cultura-cine para seguir reclamando la jugosa subvención con la que seguir viviendo a todo trapo estos caraduras que se autoproclaman en no pocos casos rojos y defensores de los trabajadores. Como siempre las minorías de izquierdas autoproclamándose portavoces de todo el pueblo español, así en general. Nada nuevo bajo el sol. Ellos a lo suyo.

 

Recientemente han montado en cólera por el IVA cultura. Dicen que han hundido la asistencia a las salas de cine y al mundo de la cultura en general como galerías de arte o exposiciones. Seguramente que haya seis millones de parados da igual, que haya productos de necesidad básica por las nubes no tenga nada que ver con que la gente no vaya al cine….Seguro que no. Seguro que nada tiene que ver que la gasolina tenga un precio prohibitivo. Seguramente no tenga nada que ver que comprarte un bol de palomitas y una coca cola que sajen 12 euros. Y seguramente no tenga nada que ver la basura de cine que se hace. Pero ellos siguen en la burra. La cara que tienen me da asco como pocas cosas en la vida, hasta qué punto se ríen en nuestra cara usando nuestro nombre para más inri. Habla por ti mequetrefe, pero no por mí.

Posiblemente claro que tenga que ver la subida del IVA en la afluencia a las salas de cine. Claro que es otra canallada de Montoro, pero no es menos cierto que si tanto se repite hoy eso de “arrimar el hombro” empieza por arrimarlo tú, actor o actriz, que ganas en una película lo que yo en diez años trabajando. Ahí demuestran su catadura moral.

 

Ellos reclaman, exigen más bien que su negocio debe ser subvencionado por todos los españoles mediante nuestros impuestos, cuando yo, ciudadano español, reclamo que paguen los mismos impuestos que pago yo, que estoy parado y no tengo ningún ingreso porque no cobro paro, por ejemplo por echar gasolina al coche, donde más de la mitad de lo que pago en combustible me lo roban (pues es un robo)  ya que se va en impuestos.  La diferencia es que no tengo más narices que echarle gasolina, pues el transporte es una necesidad básica y un derecho CONSTITUCIONAL, aunque en este país de sinvergüenzas tener un coche es considerado un artículo de lujo. ¿Tanto es pedir que paguen los mismos impuestos que pagamos los demás?

 

En la última gala de premios Goya hemos podido ver el linchamiento contra una persona: el ministro del todo a medias José Ignacio Wert.

A este tipo le odian casi más que al mismísimo Franco. Con gracietas sin ninguna gracia y ataques continuos contra los de siempre, pasan una tarde noche repartiéndose unos premios que ellos organizan y ellos se los reparten. Se aplauden a sí mismos, que autoproclaman representantes del pueblo español y defensores de las causas justas, y se apoyan y consuelan mutuamente diciéndose que porqué demonios nadie les entiende. Esos son los premios Goya. Una fiesta de rojos con el cine como excusa.

 

Como decía, en esta última edición, pagada por todos por supuesto, le han repartido desde todos los frentes al ministro Wert toda la banda de comunistas que viven como marqueses a costa del dinero de todos. Es repugnante. Lo mismo de siempre por los mismos jetas de siempre, la tal Eva Hache, que tiene menos gracia que yo imitando al chiquito de la calzada, además de lo tremendamente fea que es la tipeja. El Corbacho, el Bardem y la Bardem, el otro y el de la moto. No quiero ni acordarme de sus nombres, pero si buscamos en Google plataforma de apoyo a Zapatero (PAZ) salen todos los nombres.

 

Mención aparte, y es que nunca se me olvidará, merece la gala del año pasado, del año 2013 con Maribel Verdú en el papel de defensora de las causas justas. Simplemente mostró sin ningún reparo la enorme hipocresía de este colectivo egoísta, insolidario y repelente hasta decir basta que encima presume de todo lo contrario.

Vamos por partes con este asunto porque hay mucha tela que cortar.

Maribel, tan mona ella como es, eternamente joven, se presentó a recoger el premio que la dieron con un vestido de la marca Dior que prefiero no saber cuánto vale, pero seguro que con el dinero que tengo en el banco para subsistir no me da para comprarlo. Ole la roja, que humildad.

Dijo dedicar el premio “a toda esa gente de este país (como iba a pronunciar la palabra España) que han perdido sus casas, sus ilusiones, sus esperanzas, su futuro e incluso sus vidas por culpa de un sistema quebrado, injusto, obsoleto, que permite robar a los pobres para dárselo a los ricos”.

Esto dijo. Sí, como lo leen. Ovación cerrada del colectivo.

 

Ahora viene destapar la hipocresía de esta tía farsante y cara dura.

Lo del vestido ya lo he contado. Christian Dior. Nada de Zara o Primark. Eso es predicar con el ejemplo. Lo otro es de pobres.

Hacia el 2010 Maribel Verdú fue la imagen de una empresa para conceder créditos hipotecarios. La actriz, en el anuncio televisivo promocionaba la gestión de UCI, dedicada al servicio de las agencias inmobiliarias, donde decía literalmente “el mercado cambia, se mueve”, y acaba diciendo que el piso que sale en el anuncio se lo iba a comprar. No busquen el vídeo en youtube…no está. Esto la anticapitalista, la defensora de los pobres y la enemiga de los deshaucios. ¿Cuánto dinero cobraste por hacer ese anuncio Maribel? ¿No sabes que ese dinero que te llevas es de lo que sajan estas empresas a la gente al devolver el dinero que piden en no pocos casos gente desesperada? ¿No sabes los intereses hipotecarios que ponen estas empresas? ¿Sabes lo que te hacen si no pagas? Tu solo sabes hacer el anuncio y coger el dinero. Eso si.

Una vendedora de hipotecas clamando contra los desahucios. ¿Cabe ser más hipócrita? Ni un negro racista podría ser más imbécil.

La cosa no acaba ahí. También fue la imagen de la campaña de rebajas del Corte Inglés. Sistema injusto, caduco, que roba a los pobres….bla bla bla, pero yo me quedo con una buena parte de él y hago el anuncio y soy imagen de los mayores grandes almacenes de España, símbolo del capitalismo y el consumismo. Vamos, que hipocresía. El Corte Inglés que ha inventado el día del padre, de la madre, de san Valentín, que empieza las Navidades en noviembre. Y la tipa esta anticapitalista siendo imagen de esta empresa. Que cara más dura tienes, guapa.

 

Maribel Verdú es RICA. Su marido también es rico, tiene teatros y ohhh….fíjate por donde, la defensora de todo lo público, de la educación PÚBLICA, de la justicia PÚBLICA, de la sanidad PÚBLICA, que hará treinta años que no se sube a un autobús o al metro y que no va al ambulatorio de barrio donde vamos los demás, resulta que es la mujer de un accionista de una clínica privada. ¿Saben dónde? En donde no se manifiestan nunca las mareas blancas. En el paraíso venezolano español. Sí, en Andalucía. Allí su marido tienes las clínicas de las que es accionista. Anda que eres tonta Maribel y te has ido a juntar con un chavalito de barrio reponedor del Mercadona. Qué lista eres. Consejos vendo que para mí no tengo.

Maribel Verdú, porque esta vez fue ella pero podría haber sido cualquiera de los soplagaitas que dicen ser actores, casualmente no mencionó al inefable zapatero al que ella apoyó públicamente. No se mencionó por ejemplo a las víctimas del terrorismo o a los soldados que se juegan la vida en GUERRAS. De autocrítica al sector ni hablamos. Ellos son Dioses del Olimpo.

Hablan de robar a los pobres. Ella sabrá algo de eso, pues con MI dinero se pagan las galas a las que ella va de punta en blanco, se pagan las comilonas que se meten después y  donde se profieren insultos contra personas como yo, y sobre todo Maribel, listilla, ROBAR es pagar entre todos vuestros bodrios infumables que decís que es cine y que nadie ve porque a nadie le importan vuestro cursilerías y bodrios, pero no importa porque ya me han dado la subvención.

Que hipocresía por favor. Que falta de moral y de dignidad, salir al estrado a decir esas cosas cuando tienes tanto de que callar. Me dan ganas de vomitar.

 

Cuando critico todo esto de Maribel Verdú, y donde digo Maribel Verdú quiero decir cualquier otro jeta de estos, quiero dejar una cosa muy clara. A mí me parece perfecto que su marido sea accionista de una clínica privada y que ella haga anuncios de lo que la de la gana, ya que cada uno se gana la vida como puede y si encima te pagan un dineral ojalá estuviera yo en su lugar. Lo que me parece intolerable es ir de roja, de socialista, de estar contra los desahucios y de defender a los más débiles cuando resulta que tú has sacado una buena tajada de este sistema que tanto criticas. Dímelo a mí que me están hundiendo la vida y con treinta años sigo en casa porque no tengo opción.

 

La otra estúpida de la noche es la tal Candela Peña que si me la encuentro por la calle no la conozco y eso que veo bastante cine, asique no se qué películas habrá hecho. Salió a recoger otro premio y no se quedó atrás.

En un tono lastimoso, actuando, rozando lo grotesco dedicó su discurso a los recortes en sanidad y en educación. Denunció que llevaba tres años sin trabajar (más años llevamos algunos en la miseria y seguro que peor que tu), pidió trabajo para criar a su hijo (sic) y denunció que al parecer su padre había muerto en un hospital público en Cataluña sin mantas ni agua.

Muchos de ustedes dirán inmediatamente: que mejor oportunidad de destapar al nacionalismo. Pero oye, ni mus.

Qué gran oportunidad de haber denunciado que el gobierno separatista de Cataluña se gasta el dinero en fomentar el independentismo en todos sus niveles mientras cierra quirófanos, hospitales, centros de salud, comedores o no paga a las farmacias. De verdad, Candelita Peña y demás, que asco dais y como os podéis creer el ombligo del mundo y como se os ve el plumero. Apenas ya si engañáis a nadie a estas alturas salvo a los cuatro tontos que todavía no se han enterado de qué va la vaina. Además te voy a decir más Candela Peña: no voy a discutir si tu padre murió o no en condiciones lamentables en Cataluña, pero por motivos que no te importan he pasado seis meses de enero a junio acudiendo a un hospital PÚBLICO a ver a un familiar hasta que desgraciadamente ha llegado su fallecimiento, en Madrid, y tanto el trato como los medios, la comida, TODO ha sido EXCELENTE. No tengo ni un reproche, y soy bastante pejigueras. Claro, aquí en Madrid no nos gastamos el dinero el doblar las películas a idiomas regionales.

 

Las galas son todos los años la misma basura infumable. Las mismas críticas hacia la derecha complejil del PP que tan bien y religiosamente les sigue pagando, aunque sea un poco menos para aparentar.

Jamás les oiremos criticar a la ETA, o a los nacionalismos que pretenden romper España, o a la corrupción sindical. O a la mafia comunista. Claro, si son ellos como van a criticarse a sí mismos, si a ellos les debemos nuestra felicidad.

 

Hace un par de años, en pleno zapaterismo, cuando todo estaba desbordado y en pleno apogeo socialista-comunista tuvimos que sufrir a CHUSMA como el tal Alberto San Juan diciendo en el estrado barbaridades grotescas como que “a ver si se disolvía ya esa cosa llamada Conferencia Episcopal”. De verdad, no tengo ni la más mínima duda viendo el odio que desprende esta gentuza, que ellos son los herederos de aquellos criminales matacuras de la Segunda República, y que llegado el caso volverían, ellos mismos con sus propias manos, a cometer las mismas atrocidades que perpetraron aquellos salvajes sin alma ni corazón. No tengo ninguna duda.

 

Tampoco puedo obviar un momento grotesco, que fue cuando el comunista Javier Bardem, anticapitalista, antiamericano, le dieron la estatuilla de oro de los premios Oscar en EEUU. La oportunidad de su vida de denunciar públicamente ante el mundo entero la hipocresía yankee, el imperialismo americano, el nido de las injusticias, del anticomunismo, del capitalismo salvaje. Pues bien, el Bardem se calló como una meretriz y se guardó su discursito para España. Menudo cobarde y menudo jeta, y sobre todo menudo impresentable. Eso si, como digo muy defensor de las causas justas, antiamericano, antisemita, pero su hijo nació en una de las mejores clínicas de EEUU de corte judío. En fin, como dijo Jesucristo, por sus obras les conoceréis.

 

Volviendo al cine español desde que llegó la democracia ha sido monotema en general, pero ya durante el zapaterismo fue algo HORRIBLE imposible de tragar y hasta delictivo. El argumento era monotema. Guerra civil, guerra civil y guerra civil…..Y con unos argumentos repugnantes, casi ridículos en algunos casos. Sectarios hasta límites inimaginables, con una falta de rigor histórico absoluto, contando una retahíla de mentiras que a cualquier historiador mínimamente riguroso le habrán provocado dolores de tripa y de pecho.

 

Subvencionado hasta límites delictivos, la subvención hasta triplicaba lo recaudado en las salas de cine. Eso se llama ROBAR. Con mayúsculas.

Auténticos bodrios infumables y sectarios que solo ver veinte minutos de la película haría estar vomitando durante media hora al estómago más resistente.

Películas insultantes donde se humilla y menosprecia continuamente a Dios, a la Iglesia y a España. Películas que han contribuido de forma notable a mitificar la Segunda República y el Frente Popular presentándolos como gente moderada, demócrata y luchadora por la libertad y los votos, arrasada por una banda de salvajes fascistas apoyados por los curas.

Películas que si han conseguido llegar a la mitad te preguntas….¿y esta basura es la que se está subvencionando con mis impuestos?

Películas con mucho interior, que si grabamos en exteriores se nos va el presupuesto y no me queda para irme este fin de semana a Miami.

La culpa es de la gente que no nos comprenden, dicen los rojos subvencionados. Claro, como es la gente de borrega que prefiere meterse a ver la última de Pixar o al Bruce Willis antes que ver a los falangistas fusilar a cuatro pobres republicanos que solo defendían el derecho a la democracia y la libertad. A otro perro con ese hueso.

 

Pero no todo es bazofia. Creo que el cine español cuando se ha propuesto hacer una buena película ha demostrado estar a la altura de los mejores. Hay grandísimas películas como Tesis, Los otros, Kramer contra Kramer, Los ojos de Julia, La vaquilla (tocando de una forma magistral el tema de la guerra civil lo cual demuestra como sí se puede hacer cine de la guerra sin insultar) y un largo etcétera que demuestra que cuando se quiere hacer cine sin más, sin contar un bodrio comunista sino hacer un thriller o contar una historia, se puede hacer cine de muchísima calidad, entretenido, ameno y agradable, que creo que es el fin último del cine: pasar un rato agradable. Algo tan obvio que es lo que la gente demanda parece ser que no se quieren dar cuenta.
En España hay y ha habido enormes actores que merecen todo mi respeto y agradecimiento como pueden ser Belén Rueda, Antonio Resines, Jesús Bonilla, los fallecidos Alfredo Landa y Jose Luis López Vázquez, Santiago Segura y una larga lista de actores que tendrán sus ideas pero siempre se han mantenido al margen de la política y se han dedicado a lo suyo, que es trabajar.

Si quieres hacer un bodrio infumable contra Franco, ya que vivimos en una democracia hazlo, pero hazlo con TU dinero, no con el de todos. Y que vaya a verlo el que quiera. O sea, nadie salvo los cuatro imbéciles resentidos de siempre.

Y lo que es del todo intolerable es echar a más de media España de las salas de cine a patadas y al grito de fascistas, seguir montando el numerito comunista una vez al año vestido de Dolce Gabbana y encima insultar a los que te están subvencionando el chiringuito a precio de oro. Por ahí no.

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