Se va
a cumplir el 75 aniversario de la liberación de Barcelona.
A
finales de 1938 comenzó la ofensiva para la liberación de Cataluña y la guerra
civil llegaba a su fin.
La
batalla del Ebro, esa victoria Republicana dejó al “ejército popular” deshecho
y desmoralizado. Miles de españoles quedaron enterrados a orillas del Ebro en
un sinsentido cuyo máximo responsable a instancias del Partido Comunista
Soviético fue Juan Negrín. Las órdenes eran intentar alargar una guerra civil
que tenían perdida con la única esperanza que estallase la Guerra Mundial.
Cuentan
que el invierno de 1938 fue terrible, máxime en aquellas frías zonas de España.
En
aquel entonces un tal Manuel Azaña ya no pintaba nada y la resistencia
republicana, salvo la esperanza que comento más arriba, no valió de nada más
que para alargar la agonía de un pueblo y sumar el número de caídos en ambos
bandos. La guerra estaba decidida desde meses atrás. Y la guerra la ganó
FRANCO. Incontestablemente, sin comas ni peros.
En
cuanto se reanudaron las operaciones militares para conquistar Cataluña la
aviación Nacional dejaba caer octavillas como esta sobre las tropas
republicanas:
Aunque
se había dado la orden de evacuar Barcelona la prensa aun afín a la República
seguía vendiendo la moto de la resistencia heroica intentando motivar a la
población. Se animaba a convertir el río Llobregat en el Manzanares catalán.
En
aquel entonces la Vanguardia llevaba por subtítulo “Diario al servicio de la Democracia”.
Dos
días más tarde el subtítulo fue otro: “Diario al servicio de España y del
Generalísimo Franco”.
A las
5 de la tarde del 26 de enero de 1938 las tropas Nacionales entraban en
Barcelona.
Hoy
día, entre tanta basura, tanta mentira, tanta ruindad y tantísima falsedad se
ha mitificado la llamada “Resistencia de Barcelona”. Esto es lo que decía el
General Vicente Rojo sobre la resistencia del pueblo catalán:
"Por
eso no es exagerado afirmar que Barcelona se perdió, lisa y llanamente, porque
no hubo voluntad de resistencia, ni en la población civil ni en algunas tropas
contaminadas por el ambiente. La moral estaba en el suelo. Todos los elementos
que daban calor y ánimo a las tropas habían desaparecido salvo honrosas
excepciones. La población estaba cansada de la guerra, aunque no agotada por
los sufrimientos y el hambre y sólo pensaba (desde mucho antes de la llegada de
las tropas enemigas ante la ciudad) en el problema de terminar pronto. Por eso
permanecía recluida en las casas que, a su vez, sirvieron de refugio de
deserción a los procedentes del frente que tampoco querían combatir,
convirtiendo aquel casco urbano de un millón de almas en un páramo desierto
espiritualmente" ("Alerta los pueblos")
Otro
ser siniestro, La Pasionaria, funcionaria y fiel servidora del Partido
Comunista del genocida de Stalin, afirmaba:
"La
pérdida de Barcelona fue un golpe muy serio a la resistencia republicana. Las
comadrejas de la capitulación salían de sus agujeros y enseñaban sus dientes
amarillos mordiendo donde podían" ("El
único camino").
Para
que luego vengan vendiendo la moto el imbécil niñato de Piqué o los tontos
británicos de la BBC que si el Barça fue un bastión de resistencia del
franquismo. Pero como se puede afirmar semejantes estupideces sin ponerse uno
rojo, sino es desde el desconocimiento más absoluto.
Los
comentarios de La Pasionaria son fruto de la frustración y la desolación más
absoluta de ver como sus ansias y sus ilusiones de crear un estado soviético se
habían esfumado derrotados por la España Imperial. Los comentarios de Vicente Rojo
dejan bastante que desear en un militar que sabía de sobra que la guerra estaba
perdida de hacía mucho tiempo.
Los
barceloneses estaban cansados de la guerra y querían que acabase ya, como en
muchos lugares de España, pero llegar a afirmar que no estaban agotados por el
sufrimiento y el hambre es inadmisible. En la España roja el hambre apareció en
el tercer trimestre de 1936 y fue uno de los principales motivos de que
perdieran la guerra. No combate igual un soldado bien alimentado que un muerto
de hambre. Por no hablar de la cantidad de gente que se pasó a la zona Nacional
porque allí se vivía mejor y había comida, pese a las monsergas partidistas que
se venden hoy.
En
cambio en la zona Nacional el hambre apareció acabando la contienda cuando el
número de bocas a alimentar creció considerablemente. Mi abuelo siempre me lo
cuenta el buen hombre: durante la guerra no pasaron apenas hambre, el hambre
llegaría acabada la guerra.
El
gobierno francés destacó varios buques de guerra para salvar a personas cuya
vida estaba en serio peligro de acuerdo a las barbaridades que se estaban cometiendo
en Cataluña a manos de rojos y separatistas. En el año 1936 el consulado francés sacó de Barcelona a 515 personas (367 hombres, 127 mujeres y 21
niños). Desde 1937 hasta que acabó la guerra salieron de Barcelona 2.644 personas
en buques de guerra franceses, personas cuyas vidas estaban en serio peligro,
entre ellas 269 religiosos y religiosas y 512 niños.
En
Barcelona no quedó una Iglesia sin saquear. No está de más decirlo ni
recordárselo a gente que continuamente a diario se proclaman como demócratas y
civilizados. Todas las Iglesias fueron saqueadas.
La
situación en Barcelona era tal que en la mañana del 26 de enero de 1939, cuando
aun las tropas Nacionales no habían entrado en la capital catalana, la
población al ver la ciudad vacía de politicastros y tropas rojas asaltaron una
serie de depósitos donde se almacenaba comida custodiada por guardias de
asalto, los cuales evidentemente permitieron la entrada de las gentes, muriendo
algunas personas incluso arrolladas por la masa desesperada.
Mientras
estos hechos ocurrían en Barcelona una flota de aviones de caza y bombarderos
volaba a baja altura, unos 300 metros, y en tierra las tropas ocupaban
Vallvidrera, San Pedro Mártir y el Tibidabo a la espera de recibir la orden de
entrada en la ciudad.
Las
primeras divisiones que entraron en Barcelona fueron la 105 y la 13, al mando
de los Coroneles López Bravo y Barrón Ortiz, que ocuparon Montjuic hacia la Plaza de Cataluña.
Las
Divisiones 4ª y 5ª Navarras mandadas por Alonso Vega y Juan Bautista Sánchez se descolgaron del
Tibidabo y Vallvidrera bajando por las calles Muntaner, Balmes y República
Argentina para entrar por la Diagonal.
No
encontraron más resistencia que la de aquellas personas que se abalanzaba sobre
ellos para abrazarles y festejar la liberación. Entre vítores a España y a Franco la gente se subía a los camiones
brazo en alto.
En el
convento de Pompeya convertido en hospital se encontraron la primera bandera de
España, donde una enfermera la colocó para saludar a las tropas nacionales.
Cuentan
los más viejos que en ningún otro lugar de España se celebró de tal manera la
entrada de las tropas Nacionales como en Barcelona debido a la tiranía y el
sufrimiento que había padecido aquella gente a mano de los rojos y los
separatistas. El terror rojo y separatista que fue vencido y derrotado sin
paliativos.
Tras años de persecución, de asesinatos y de salvajadas por fin se pudo celebrar y se celebró una multitudinaria misa en la Plaza de Cataluña.
Barcelona
y Cataluña habían sido liberadas. Que algunos tomen nota, pues la historia a menuda se repite.
Bueno, una notita más que nada, este año se han cumplido 76 años de la liberación, aunque el espiritu es el mismo
ResponderEliminarGracias por el apunte. Un saludo!
EliminarNo estaría de más ofrecer una pinza para la nariz.. Leer tanta mierda falangista junta es casi insufrible, se lo recomiendo ya que doy por hecho que usted el pestazo que rezuma ni lo nota.
ResponderEliminarEntiendo que la historia le moleste,asique si es mas feliz puede leer a pseudohistoriadores rojos y separatistas contar que ellos jamas mataron a nadie ni asaltaron ni guna Iglesia. Desde luego no esta obligado a leer lo que escribo asique ya sabe donde esta la puerta y adios y hasta nunca.
EliminarQue manía tiene la gente de entrar en sitios a vomitar basura. Si no le gusta lo que hay, no entre y no sufra
ResponderEliminarExacto. Yo no me meto en ningun blog ni foro ni web independentista ni de podemos.
EliminarY en segundo lugar y más importante: como censuran y menosprecian la historia incluyendo ataques personales al que escribe o habla. Todo porque les molesta que se cuente la verdad de la historia.