La última vez que los españoles vieron a
Franco con vida fue el 1 de Octubre de ese mismo año en el balcón de la Plaza
de Oriente en aquel mítico discurso de la conspiración masónico-izquierdista
que todavía se usa para mofarse de él.
Nací en los 80 ya en democracia,pero les
prometo que no hay vez que pase por aquel lugar de Madrid que no recuerde las
imágenes del Caudillo afectado por el Parkinson aclamado por su pueblo, el
pueblo que creyó en él y el pueblo en el que él creyó.
“Españoles: Gracias por vuestra adhesión y por la serena y viril manifestación pública que me ofrecéis en desagravio a las agresiones de que han sido objeto varias de nuestras representaciones diplomáticas y establecimientos españoles en Europa, que nos demuestran, una vez más, lo que podemos esperar de determinados países corrompidos, que aclara perfectamente su política constante contra nuestros intereses. No es la más importante, aunque se presenta en su apariencia, el asalto y destrucción de nuestra Embajada en Portugal, realizada en un estado de anarquía y de caos en que se debate la nación hermana, y que nadie más interesado que nosotros en que pueda ser restablecido en ellos el orden y la autoridad. Todo obedece a una conspiración masónica izquierdista en la clase política en contubernio con la subversión comunista-terrorista en lo social, que si a nosotros nos honra, a ellos les envilece. Estas manifestaciones demuestran, por otra parte, que el pueblo español no es un pueblo muerto, al que se le engaña. Está despierto y vela sus razones y confía que la valía de las fuerzas guardadoras del Orden Público, y suprema garantía de la unidad de las Fuerzas de Tierra, Mar y Aire, respaldando la voluntad de la Nación, permiten al pueblo español descansar tranquilo. Evidentemente, el ser español ha vuelto a ser hoy algo en el mundo. ¡Arriba España!”
El poder de Franco como Jefe del Estado emana
de la Guerra Civil Española cuando los generales del bando Nacional le otorgan
plenos poderes, los cuales ostentó hasta prácticamente el día de su muerte.
Falleció con 83 años. Hacía tres días de aquel primero de Octubre que el
Régimen había fusilado y bien fusilado a los terroristas asesinos que habían
matado a tres guardias civiles. En esa época no se andaban con chiquitas como
ahora. La izquierda en toda Europa se manifestó llamando asesino a Franco, pero
curiosamente a los propios asesinos de trabajadores, de padres de familia, a
esos no los llamaban asesinos. Incluso quemaron la embajada española en
Portugal. Los mismos que se autodenominan pacifistas, garante de los derechos
humanos y que tanto abogan por el diálogo.
Aquella concentración en la Plaza de Oriente
tuvo que ser memorable. En medio de un fervor patriótico sin igual, aclamando
al Generalísimo al que todo se lo debemos, escuchando sus palabras a menudo
interrumpidas por los vítores y finalizando con el Cara al Sol brazo en alto y
un Arriba España del Caudillo. En un último gesto a modo de despedida Francisco
Franco alza los brazos al aire juntando las manos en lo que fue un abrazo a
todos los españoles a los que tanto amó. Era su despedida hasta siempre de una
época HISTORICA con mayúsculas de nuestra nación.
En aquella concentración se ve a un Franco
muy viejo, débil, muy deteriorado físicamente y atacado por el Parkinson, pero
con el carisma de los grandes hombres, su mera presencia mantiene en pie al Régimen
y levanta ánimos entres sus seguidores.
Tras haber sido ingresado en 1974 en el
hospital Franco dejó bien claro que al hospital no quería volver, que lo que
tuviese que suceder fuera en casa. Franco vivió en el palacio de El Pardo desde
1940.
Franco sufrió una enorme y larga agonía hasta
su muerte. La mente la conservó lúcida, y es sabido que en sus últimos días
especialmente le dolió la puñalada trapera miserable que le metió la Iglesia,
pidiendo clemencia para los asesinos. Eso a Franco le afectó muchísimo, pues a
una persona tan católica no podía pasar por alto aquel hecho. Franco sintió la
traición de la Iglesia, aquella que fue santo y seña de la Cruzada y que tanto
había hecho por ella. Yo personalmente jamás le perdonaré a la Iglesia ese
cambio de chaqueta para ganarse el perdón progre, antiespañol, abortista y
demás gentuza que llegado el momento se lo agradecerán como en los años 30.
El Ejército sí se mantuvo fiel hasta el
final.
Mientras la tensión en el Norte de África va
en aumento, pudiendo llegar incluso a la guerra. El Sahara es un polvorín.
Hasam II Rey de Marruecos jugó sus cartas de una forma, no sé si decir astuta a
secas o miserablemente astuta, para conseguir sus objetivos.
En la madrugada del 15 de octubre Franco se
empieza a encontrar mal por la noche. El médico de cabecera le administra un
calmante y vuelve a dormirse. Al día siguiente llevan un electrocardiograma al
Pardo y detectan un infarto.
Los tres médicos van al Pardo a hablar con
él, Isidoro Mínguez, Vital Aza y su yerno Cristóbal Martínez-Bordiú. Le dicen
que tiene una afección del corazón y que tiene que guardar reposo. Le dicen en
otras palabras que ha sufrido un infarto (insuficiencia coronaria aguda) y que
debe guardar reposo físico y mental y olvidarse de preocupaciones y problemas.
Y algo que me ha marcado profundamente es la respuesta de Franco diciendo a los
médicos que lo entiende pero que él tiene sus obligaciones como Jefe del Estado y que las iba a cumplir,
que el tiene muchos problemas (sus problemas no eran mas que los problemas de
España). Dicen que Vital Aza casi le gritó que debía hacerles caso, e Isidoro
Mínguez pasado el episodio le cogió la mano apretándosela, a lo cual contestó
Franco de la misma forma, mientras el cardiólogo le explicaba que ellos estaban
allí para ayudarle no para crearle más problemas, y Franco volvió a insistir en
que él tenía muchos problemas y que llevaba quince días casi sin dormir. Franco
era así. Una persona que incluso muriéndose seguía cumpliendo con su deber
hasta el mismo día de su muerto como a lo largo de su vida predicó. Igualito
que su sucesor.
Franco en sus discursos varias veces dijo que
el Caudillo no podía atenerse ni al relevo ni al descanso y que solo la muerte
le apartaría de su deber. Así fue.
El 16 de Octubre Hasam II anuncia la Marcha
Verde sobre el Sahara español. 350.000 marroquíes toman el Sahara a sabiendas
del estado de salud de Franco.
El viernes 17 de Octubre en el Pardo está
convocado el Consejo de Ministros. Los médicos lógicamente le insisten para que
no presida ese Consejo, y le advierten que puede morir, a lo que Franco
responde: “el que yo me muera qué importancia tiene, yo tengo que seguir
cumpliendo los compromisos y obligaciones que tengo”.
Ése era Franco. Desde una habitación contigua
al salón del Consejo se instalan los aparatos para controlar el corazón de
Franco. Franco en aquel Consejo se juega la vida. El conflicto del Sahara le
altera especialmente.
Como no quería volver al Hospital montan una
Unidad de Cuidados Intensivos en El Pardo en su habitación.
El sábado 18 de Octubre de 1975 Franco se
encierra en su despacho y escribe su famoso testamento, su último mensaje al
pueblo español, su despedida. Es admirable como un hombre en tal estado
consigue mantener tal lucidez para escribir esas líneas magistrales. Franco
sabe que se va a morir en breve.
Mientras los marroquíes siguen su marcha
verde y las tropas españolas en el Sahara se preparan para recibir órdenes.
El lunes 20 Franco sufre una angina de pecho
muy grave que le deteriora muchísimo. Se informa al Presidente del Gobierno.
Esa misma mañana Franco le recibe. Como ven no cesa de sus obligaciones bajo
ningún concepto. Arias Navarro se imagina que Franco va a renunciar a la
jefatura del estado, pero no, El Caudillo habla del Sahara.
Sencillamente…Franco.
Franco ordena a Arias Navarro que se pusieran
tres filas de minas en el Sahara y se informase al Rey de Marruecos de ello.
Pero desoyen a Franco ante el temor a una guerra con Marruecos justo con Franco
muriéndose. Intentan llegar a un acuerdo con Marruecos a espaldas de Franco,
que por supuesto no lo habría permitido.
Como curiosidad los médicos habían aconsejado
a Franco hacer ejercicio físico, y para hacerlo Franco utilizaba el himno de la
Legión.
El día 26 Cristóbal Martínez Bordiú habla con
el príncipe para que hable con Franco para que le traspase el poder con el
visto bueno de los médicos. Finalmente no acude pues Franco no está todo lo
lúcido que debería estar para tomar esa decisión.
Mientras 350.000 marroquíes sigue avanzando
aprovechándose de una forma vergonzosa de la debilidad de Franco y de la
situación política muy delicada que hay en España. El Ejército Español se
repliega unos kilómetros al interior dejando en esa franja gran cantidad de
minas, por lo que si la marcha verde llegaba allí habría gran cantidad de
muertos y la guerra sería inevitable. Se evacúa a la población civil.
El Rey Juan Carlos acepta la Jefatura del
Estado en funciones ante la debilidad del Caudillo. La situación es terrible:
Franco se muere y el Sahara es un polvorín a punto de estallar. Y de otro lado
toda la oposición a Franco esperando a asaltar el poder, más los que ya estaban
cambiándose la chaqueta de franquistas a demócratas.
Franco sufre hemorragias digestivas causadas
por la presión mental. Lo que viene siendo echar sangre por la boca. Algo
terrible. Franco repetía “dejadme morir en paz”.
A la familia de Franco se le plantea la
cuestión de si dejarle morir o abrirle la tripa para operarle o cortar la
hemorragia. Deciden operarle. No se dan garantías en el traslado a un hospital
y Franco había dicho que él no quería volver a aquel lugar. Se pensó en una
especie de hospital de campaña. Se piensa entonces en una especie de botiquín
de la tropa que habilitaron como quirófano, una especie de enfermería botiquín
que en absoluto reunía las condiciones para tal empresa. Una cosa viejísima de
principios de siglo. No cómo se ha dicho los malintencionados de siempre que era
lo que había entonces, que fíjate que miseria había en España…mentira y
mentira. Era una enfermería medio abandonada y las circunstancias hicieron que
fuera testigo de aquellos momentos históricos.
Como de la puerta de El Palacio de El Pardo a
la enfermería había más de un kilómetro se llama a una ambulancia para trasladar
a Franco y de la cama a la ambulancia como la camilla no permitía el giro en la
escalera se trasladó a Franco en una…¡alfombra!
En palabras de uno de los médicos era
asombroso, espectacular y admirable el respeto que la Guardia Civil a aquel ser
humano que era un saco de huesos sangrando por la boca y envuelto en una
alfombra que sin embargo aun era el Jefe del Estado, el hombre que ganó la
guerra, el que se las vio con Hitler, el Generalísimo, el Caudillo, nuestro
Franco. La España Grande, la España Libre…la España Inmortal, el heredero de Los Reyes Católicos y de Felipe II. Era aquella
España y como tal le rindieron el debido respeto.
Tumban a Franco desnudo en la mesa de operaciones, entre el griterío de todos los que allí estaban. Consiguen hacer silencio y se quedan en la sala de operaciones el doctor Vital Aza, dos doctores cuyo nombre discúlpenme no recuerdo y un sacerdote.
En medio de la operación se funden los plomos
y se quedan sin luz. Imagínense que estampa tan terrorífica. Llamaron al
electricista del pueblo de El Pardo que estaba en la cama y allí encontró a
Franco con la tripa abierta en un quirófano improvisado y sin luz. Vuelve la
luz, consiguen cerrarle las hemorragias a Franco y Franco de momento sigue con
vida milagrosamente. Sus constantes vitales son completamente normales y se le
devuelve a su cama en el Palacio de El Pardo. La fortaleza de este señor no
tenía límites.
El 5 de Noviembre es ingresado en “La Paz”
ante la negativa de los médicos de
volver a repetir aquel episodio tan siniestro.
Franco es operado dos veces más a vida o
muerte. Franco resiste todo. Como en su vida política o militar, por muy
adversa que fuera la situación siempre conseguía salir airoso. Llamémosle la
“baraka”, la suerte, la gracia de Dios o la fortaleza y la templanza, pero
Franco siempre tuvo ese “algo” especial, es protección divina.
Franco está intubado y sus funciones físicas
necesitan de la ayuda de máquinas. Franco se muere y sólo queda saber cuándo va
a suceder.
Mientras la marcha verde el 6 de noviembre
entra en territorio español acercándose cada vez a la zona minada. El Ejército
se prepara para atacar. En el último momento las conversaciones llegan a un
acuerdo. España acepta negociar sobre el Sahara a cambio de que Hasam II de la
orden de regresar a la marcha verde, evitando así una masacre. El Rey Hasam ha
ganado.
En la noche del 19 de Noviembre estando de
guardia el doctor Vital Aza el electrocardiograma que monitorizaba las
constantes vitales del Generalísimo se fueron apagando hasta que por fin, como
una vela que se consume, se apagó para siempre. 2.45 de la madrugada del veinte
de noviembre de mil novecientos setenta y cinco.
Sus retos reposan en el Valle de los Caídos bajo una losa de una tonelada y medio de peso.
En dicha losa solo figura una cruz y un nombre: FRANCISCO FRANCO.
Sus retos reposan en el Valle de los Caídos bajo una losa de una tonelada y medio de peso.
En dicha losa solo figura una cruz y un nombre: FRANCISCO FRANCO.
Franco era duro pero bueno y justo, nos dió bienestar, educación, modernizó y desarrolló el pais. En definitiva él tenía en su cabeza un proyecto para España y con dificultades lo hizo. Muerto Franco el sistema era imposible que se sostuviera porque el sostén era él.
ResponderEliminarGracias por su comentario.
EliminarEstoy de acuerdo con lo que usted dice.
En franquismo como tal murió con Franco aunque los revanchistas y antifranquistas de siempre se niegan a darle por muerto, solo asi se explica que 40 (40!) años después sigan manifestándose contra él. Tras su muerte crecieron los antifranquistas como setas en el campo.
España era franquista, y el estado giraba entorno a él. Él y sólo él tenía el carisma y la autoridad para hacerse respetar, nadie podía recoger ese testigo.
Para mi y desde la perspectiva de un joven que nació en los 80 veo a Franco como un padre duro y autoritario pero bueno y justo. Un padre cuyo hijo era el pueblo español. Franco conocía a la perfección los virtudes y defectos de los españoles y en función a tal cosa actuaba, castigando cuando uno se portaba mal y premiando el buen comportamiento.
Y sobre todo como usted dice con mucha razón, él sí tenía un proyecto para esta nuestra España, cosa que hoy solo hay que ver a nuestros políticos, unos no tienen ningún proyecto salvo el de ganar las elecciones para estar en el poder y luego ya veremos, y otros sí tienen un proyecto claro y definido: la destrucción de España en sus múltiples vertientes (islamización, nacionalismos varios y sistemas comunistas).
Un saludo