Por
desgracia poco se nos pegan las cosas buenas de los otros, que no son pocas.
España me
empieza a recordar a ese tipo de personas que toman como propio lo peor de cada
semejante. Que fulanito fuma y yo no, me lo ha pegado y empiezo a fumar. Que
benganito va al bar y se pule la mitad del sueldo, pues yo que no tenía
costumbre de ir al bar voy al bar y si el echa una partida a las tragaperras yo
echo cinco.
Recuerdo como
una temporada (aun hoy algo se ve pero gracias a Dios mucho menos) a los novios
cuando se casaban les dio por la tontada americana de poner un montón de latas
de refrescos atadas de la parte trasera del coche.
Si en
Europa o en América hay un nuevo tipo de droga….pues aquí llega en seguida,
como la de emborracharse a través del globo ocular. Y así todo. El reguetton,
el tektonic ese, esos que van saltando como cabras por la calle y por los
parques y un largo etcétera.
Una
tradición pagana, anticristiana y que se nos ha pegado como si lleváramos
celebrándolo toda la vida es la majadería esta de Halloween.
Yo no
acabo de entender que gracia tiene en nuestra cultura, o al menos lo que queda
de lo que un día fue la cultura española, disfrazarse de muerto, de zombie o de
moribundo con un cuchillo clavado como si te acabaran de asesinar. Lo juro que
no lo entiendo ni le veo la gracia por ningún lado.
Lo del
culto a la muerte me parece muy macabro. Yo rindo culto a la vida, a la
felicidad y a Dios, no a la muerte, a las tinieblas ni al demonio.
Es como si
mañana digo con mis amigos: vamos a un polígono industrial y vamos a fingir que
acabamos de sufrir un accidente de tráfico y que nos hemos matado todos. De
buen rollo eso si. Es algo macabro. Pero ha calado, y de qué manera.
Seguro que
la mitad de los que se disfrazan de esas chorradas luego tienen pánico a que
les pase cualquier cosa mala en la vida y si les pasa se preguntan qué he hecho
yo para merecer esto.
En el
fondo gran parte de culpa la tiene el comercio que ha visto otra celebración
más de la que sacar dinero a la gente. Así ya tenemos: la Navidad (fiesta
manipulada por antonomasia), el día del padre, de la madre, Halloween, la
semana santa, San Valentín por supuesto. No sé si me dejo algo, seguro que sí.
Los
restaurantes y locales varios decoran todo cutremente con telas de araña,
murciélagos y elementos similares a modo de reclamo.
Este
puente de todos los Santos por la calle me cruzaba con gente disfrazada de
demonio, unos con la cara tapada con calaveras con hachas de plástico (lo de la
cara tapada no me gusta nada), otros disfrazados de locos asesinos con la
máscara de hockey, otros de zombies, otros de asesinados, otros con la famosa
máscara de la película “Scream”. Una colección de estupideces que uno se
pregunta a santo de qué viene. El carnaval aún puede tener algo más arraigo,
por Canarias más bien, y además te puedes disfrazar de cualquier cosa pero lo
del Halloween….
Sobra decir
que respeto a quien quiera disfrazarse de lo que le de la real gana por
supuesto y cuando le de la gana, faltaría más, pero doy mi opinión que me
parece una estupidez, una tradición que nada tiene que ver con España además de
anticristiana.
Anticristiana
sobre todo, porque siempre esta fecha ha sido el día de TODOS los Santos. La
gente más mayor, heredera de otra España más digna y más decente aun lo
celebran. Cosas de viejos….
En estos
días cuando te levantas por la mañana y enciendes el ordenador, en las redes
sociales empiezas a ver a gente conocida y amigos disfrazados de las cosas más
extrañas. Es un clásico. Quizás este año algo menos. Ojalá sea que esta tontura
como todas las modas se está pasando.
Y es que a
mi de esto de invocar a la muerte no me gusta un pelo ni medio.
Y a veces
si llamas mucho a la muerte puede ser que acabe por venir a visitarte. Fue lo
que pasó justo hace un año en la fiesta de Halloween del Madrid Arena donde
fallecieron 5 chicas algunas menores de edad y que dejaron al descubierto una
enorme trama de corrupción urbanística del ayuntamiento de Madrid que databa de
la época de un tal Alberto Ruiz Gallardón a la sazón hoy ministro de
InJusticia.
La fiesta
en si misma era macabra, la propaganda, el dj, la celebración. Todo lo que allí
sucedió fue un despropósito. Al final tanto llamar y venerar a la muerte esta
se hizo presente. Y ocurrió la tragedia lógicamente. Donde debía haber 2 había
5. Si esos 5 los multiplicas por tres mil te sale el número aproximado de
jóvenes que allí había metidos donde debía haber ocho mil como mucho. Estamos
hablando de tripiclar-cuadriplicar el aforo máximo. Por supuesto nadie ha ido a
la cárcel, nadie ha pagado por nada. Dimitieron a la fuerza dos concejales
creo. España en estado puro. La ley de la impunidad.
Andando
por la calle veo en la entrada de un comercio en Madrid un cartel de una
celebración de halloween en un local de copas. Para promocionar la fiesta,
sujétense a la silla, el reclamo era una sesión de espiritismo. Como lo leen.
Sinceramente el que escribe que le aterran ese tipo de cosas, vamos que antes
prefiero que me metan en un estanque lleno de tiburones que participar en una
cosa de esas, me quedé espantado y alucinado de qué tipo de cosas existen. Uno
nunca deja de sorprenderse. De hecho ese tipo de cosas de brujería deberían
estar prohibidas.
A mí
personalmente es un tema del que no me gusta absolutamente nada hablar. Soy
respetuoso y si alguien habla de algo que no me interesa y me aburro respeto
siempre a las otras personas pero en ese asunto no lo soporto.
Al final
el Dios Don Dinero es el que mete con calzador lo que hay que hacer, celebrar,
comprar, etc….
Y ese Dios
terrenal y materialista ha dicho que hay que celebrar Halloween.
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