Hoy voy a hablar de cine, de una película buenísima y
divertidísima donde las haya que retrata la jeta y la cara dura de los
defensores de los ideales de cartón, de quita y pon y de a cuanto la hora. En
el caso de la historia reciente de España en los años 70 es clamoroso, y hoy
algo más disimulado (o no) como por ejemplo que los de un partido aplaudan al
líder hoy que dice blanco y mañana cambia y dice negro y le siguen aplaudiendo
y defendiéndolo a capa y espada alabando su sentido de Estado.
Es un retrato magníficamente logrado de los jetas que rondan por España y una
crítica al oportunismo político. Al “lo que toque cuando toque”. Hoy
revolucionario, mañana falangista nazi, al otro falangista católico, al otro
del opus y luego antifranquista, comunista y delegado sindical.
Le trasladan a Madrid al departamento de censura, donde
antes de abandonar en lugar donde se encuentra (no se especifica aunque se entiende que será allá por el año 1940) participa en
un homenaje a Adolf Hitler donde incluso a petición de un dirigente nazi
pronuncia unas palabras de alabanza al Fuhrer
y habla de la cooperación de España con la Alemania nacional-socialista
que lucha para redefinir Europa. Le regalan una foto oficial de Hitler que el
por supuesto coloca en su despacho oficial en Madrid para dejar bien claro que
es del sector germanófilo de Falange, porque en ese momento Alemania era la que
iban ganando la guerra y la que se creía que ganaría. Lo que se conoce como el caballo ganador justo en ese momento.
Se instala en una pensión donde conoce a un tal Alfonso
(alfonsiño) que le propone meterse en unos negocios, de momento solo como
figurante. El le responde que es un hombre de la política, que está en política
porque es su deber y que los negocios no son lo suyo. Despotrica de Rafael
Alberti al cual llama “indeseable”.
Un alto dirigente de Falange le pregunta un día que como no
se alistó en la División Azul, a lo cual responde que estuvo un montón de
tiempo en la cola para alistarse como voluntario pero que se puso malo de estar
allí, que se tiró tres días en cama y que cuando volvió a alistarse ya se había
llenado el cupo. Le pregunta el otro que si al menos está en la reserva a lo
cual contesta que por supuesto.
Como veis es un caradura y un jeta, todo palabrería y de
boquilla. Sigan leyendo, que no queda nada casi….
En este tiempo conoce a una mujer casada con la que tiene
una aventura, mientras el defiende por supuesto la moral católica y cristiana,
y manda escritos a los periódicos de inserción obligatoria donde imparte cátedra sobre conducta.
Resulta que la guerra cambia de color. Se produce el
desembarco en Normandía y cae París en manos de los aliados. Nuestro
protagonista el camarada Manuel se apunta a estudiar inglés, porque según él es
lo que se va a llevar. Como véis primer cambio de chaqueta.
Entra definitivamente en la sociedad que le propone su amigo
Alfonsiño, Imporgasa, donde se lleva una suculenta comisión solo por figurar.
Como la guerra mundial ha cambiado de signo pasa a criticar
a Hitler y retira su foto oficial de su despacho. Presume que la moral del país
depende de gente como él y da importancia a su profesión.
Entre tanto se pasa por algún campamento del Frente de
Juventudes de Falange donde conversa con curas que promueven el anticomunismo
entre la juventud y entre medias se mete
mariscadas y comilonas de aúpa por obra y gracia de la sociedad de la que forma
parte. Se mete en otra sociedad, a título de socio industrial y consejero (con
dietas).
Tras tres años de escribirse con una señorita bastante más
joven que él, una gallega llamada Carmen, hija de héroe del crucero baleares,
finalmente se casa con ella.
Se cita con Enrique, al que le propone ser su segundo. Este
lo rechaza volviendo a decirle que sabe perfectamente la cara que tiene y que
su sitio no está en la política.
Pero de repente es cesado de su puesto, pero según le cesan
le nombran Director y Consejero del Banco de Crédito, lo cual nuevamente no
sabe ni lo que es, pero lo aprovecha para sus negocios y pelotazos
urbanísticos.
En otra sociedad hacen unos apartamentos en Villaverde donde
se forran, por supuesto sin arriesgar un duro de su bolsillo. Aquí cabe
destacar que el mangante primero es el tal Alfonsiño, el que dirige todo el
cotarro.
En una reunión le aconsejan acercarse al Opus Dei, y el por
supuesto se acerca al Opus para su interés, sopesa hacerse numerario de la Obra
y coloca la foto de San José María Escrivá de Balaguer en la mesilla de
personalidades además de leer el libro “Camino”.
Tiene dos hijos, un niño y una niña, en lo que teóricamente
es una familia cristiana adepta al Movimiento Nacional.
Le dan un cargo del Sindicato Vertical, donde despotrica de
la democracia liberal y de otras muchas cosas.
El protagonista y su familia comienzan a vivir a todo trapo. Cuando
cesa de su cargo del Sindicato habla de Falange con nostalgia diciendo que su
época(la de falange) ya pasó pero elogia al Caudillo. Elogia también a Fraga al que le destaca
su carácter aperturista (él, que había sido censor).
Ya no viven en el piso de antes, viven en pedazo de chalet
impresionante en Somosaguas, con piscina y todo.
Franco anuncia a Juan Carlos como Príncipe heredero y a que
no lo adivináis. Si, toca cambio de chaqueta otra vez, ahora se vuelve
monárquico y le pide a su mujer una foto de Alfonso XIII. Es alucinante, pero
real como la vida misma. Se declara monárquico de toda la vida. Reniega de su
pasado y cuando su hija encuentra una foto de cuando llegó a Madrid en los años
40 se enfada y la guarda.
Da más conferencias que le siguen escribiendo, pues él no
tiene conocimiento para hablar de casi nada. Se encuentra otra vez con su amigo
Enrique, el cual ha ido obligado y como le tiene más que calado le lee de nuevo
la cartilla, además de aconsejarle en tono jocoso quitarse el bigote, pues le
pueden acusar de facha y ya no se lleva. El por supuesto hace caso, pues mucha
personalidad no tiene, y se quita el bigote.
Añade una nueva foto: la del almirante y presidente del
gobierno Luis Carrero Blanco.
Manuel Vivar de Alda vuelve a las infidelidades
matrimoniales, esta vez con una atractiva secretaria de Imporgasa, bastante más
joven que él.
La hija ya es mayor y es una pasota, el hijo en cambio se le
ve responsable y se interesa por el pensamiento de José Antonio en un libro que
encuentra por casa.
Se pasa defintivamente al Opus alentado por el director de la sociedad que
es un comunista, pero un señorito y otro caradura de cuidado. Realmente el otro es comunista porque tambien le interesa. Manuel habla
directamente que rectificar es de sabios.
En la reunión clandestina habla el que fuera Ministro (el
que le nombró en tantos cargos) soltando pestes del Régimen. Una actriz habla de su opresión, de los
papeles horribles que ha tenido que interpretar pero de lo bien que ha cobrado siempre. Manuel
alaba a Alberti del que en los años 40 llamaba indeseable. En la reunión
participan curas, periodistas, etc.. cada cual expone su odio hacia el Régimen
del cual han vivido muy bien y su lucha a favor de derrocarlo para instaurar la
democracia. Lamentable. Se van preparando para lo que viene, borra su pasado y
continuar con sus privilegios. El cambio de chaqueta que se dice.
Luego Manuel ya pasa a hablar
de que formar parte de las fuerzas libres de la oposición y de luchar por la
democracia. Ante los problemas con sus hijos recalca que él nunca ha sido un
padre autoritario. Quiere desmarcarse de lo que fue la España de Franco. Su
mujer le acusa de haber abandonado la educación de sus hijos para estar en
política y que siempre está hablando de dinero. La autoridad en casa es su
mujer, bastante más decente que él.
Entre los representantes de los trabajadores está el cura
que participada en los campamentos del Frente de Juventudes, muy cambiado.
Ahora dice que es un cura comunista, obrero, oficial de segunda y perteneciente
a CCOO, y reconoce que todos en el pasado cometemos errores. Vamos otro que se
ha cambiado la chaqueta de forma repugnante. Chaqueteros no hay solo uno en esta historia. Vaya cara de uralita. Entre ese
grupo también está Enrique, que sigue fiel al ideario joseantoniano. Enrique es
el único que no se cambia de acera.
En su casa en la mesilla ya solo hay tres fotos, aunque una
durará poco: una foto de Juan Carlos entonces príncipe, otra foto de su padre
Don Juan, y otro suya dándole la mano a Franco. Por supuesto esta última la
quita y la mete al cajón el muy cara.
Ahora predica que hay que acabar con la estructura de un
régimen fenecido que ha durado 40 años y que ha tenido a España con una
mordaza. El socio que buscaron para llevar las empresas, el comunista, dice que
ya se ha salido del partido, por supuesto se vuelve aun más jeta de lo que era.
Manuel escribe artículos en el periódico Mundo Obrero.
Planean una manifestación en Madrid (ya muerto Franco
claro), donde también es cabecilla de las organizaciones el exministro, otro
chaquetero de tomo y lomo. Hablan de los 78 partidos de la oposición, de lo
buena que es la pluralidad ideológica que promueven.
Mientras en su casa su hija sale con un divorciado de 50
años y su hijo, esto no lo entiendo bien la verdad, dice ir con Enrique a
retirar yugos y flechas de los edificios por si molestan a alguien, aunque
mantiene la doctrina de José Antonio. Manuel le dice que donde va con ese
Enrique, que ha sido siempre un Don Nadie, y su hijo le defiende y retrata a su
padre como lo que es. Un oportunista y un sinvergüenza.
Entonces encabeza la manifestación comunista y canta la
Internacional no con la americana, sino con una cazadorilla color marrón.
Finalmente son recibidos por el gobernador civil con el que
tanto y tan bien se llevó, que no directamente pero también reniega de su
pasado.
La película finalmente acaba con una cancioncilla bastante simpática que a más de uno y de dos les provocarán sarpullidos.
Chaqueteros, por rastreros, sucios viles hay a miles por doquier......pordioseros del enchufe donde este
En fin, una película formidable cuyos diálogos deberían ser
analizados por palabras porque no tiene desperdicio. Una película para hacer un
análisis exhaustivo y a los personajes ponerles nombres y apellidos en la realidad.
Esta película demuestra los ideales de cartón de una banda
de jetas y caraduras que siempre han estado al sol que más les ha calentado.
Que estuvieron con Franco en la guerra pero si hubieran ganado los rojos (Dios
no lo quiso) se habrían cambiado al otro bando. Que igual les daba el Cara al
Sol que la Internacional mientras a ellos les fuera bien. Hay una banda de
jetas que creo que se habrían forrado igual con unos que con los otros. De
hecho derribado el Régimen Franquista se cambiaron de chaqueta de franquistas a
demócratas y siguieron trincando de los fondos públicos, por lo legal y por lo ilegal. Republicanos con la II República, franquistas
con Franco, demócratas con la democracia. De Fraga con AP, de Aznar con Aznar, de Aguirre en Madrid, de Mariano ahora... Al Sol que más caliente, como debe
ser.
Hoy día hay que ver como seres deplorables reniegan de su
pasado o del pasado de sus padres. Seres cuyos privilegios y posición heredaron gracias a sus padres o
bien ellos mismos ostentaron buenos cargos. Gente como José Bono, Cándido Conde
Pumpido ,Teresa Fernández de la Vega o Jose Antonio Griñan están donde están y llegaron donde
llegaron gracias a sus padres que ocuparon cargos durante el franquismo y ellos mismos en algunos casos fueron gente del Régimen. Chaqueteros pordioseros.
Hoy el chaqueterismo ha evolucionado en algunos casos y en
otro se mantiene igual.
Como digo, solo hay que ver al PP condenando el franquismo o
aplaudiendo un lunes a Rajoy diciendo que hay que bajar los impuestos para
fomentar la economía y el martes volviendo a aplaudirle cuando dice que hay que
subirlos porque no queda otro remedio.
Solo hay que ver a Rosa Díez, cómplice de todos los desmanes
socialistas, que durante los años que ostentó cargos oficiales en Vascongadas
jamás colgó la Enseña Nacional en el despacho oficial y hoy viene de
salvapatrias llenado un vacío en el discurso oficial. Otra chaquetera oportunista de cuidado.
Son los mismos y el fin está claro: mantenerse en la
poltrona y en el coche oficial al precio que sea.
La actitud del hijo de Manolo al hablar de retirar yugos y flechas seguramente sería una referencia a Falange Española de las JONS (Auténtica), una organización falangista surgida en aquellos años y liderada por el camisa vieja Narciso Perales y el sindicalista Pedro Conde. Los militantes de FE de las JONS (Auténtica) criticaron duramente la falsificación que sufrió la Falange a manos del franquismo durante cuatro décadas y en varias ocasiones retiraron los símbolos falangistas que había colocado el régimen franquista en los pueblos con la idea de manifestar su rechazo a que éste los empleara. Por lo tanto, esa actitud fue algo que sí existió aunque me sorprende que Vizcaíno Casas la mostrara como algo elogiable cuando él fue de los denominados "francofalangistas" (si no me equivoco).
ResponderEliminarmuchas gracias por tu explicación Gabriel. Sinceramente no entendía ese aspecto de la película. Un saludo
Eliminar